El pasado sábado, 4 de octubre, la Fundación CIVES llenó de educación, memoria y democracia el salón de actos de la Delegación del Gobierno en Castilla y León. Representantes institucionales, docentes y alumnado se dieron cita para reflexionar juntos en el Diálogo educativo para la convivencia y la memoria democrática organizado por la Fundación en alianza con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. Esta actividad se enmarcan dentro del programa ‘Memoria, escuela y democracia’ , que buscan poner en valor la educación en democracia frente a la educación en dictadura a través de varias actividades.
Edurne Grau, patrona de la Fundación CIVES, fue la encargada de dar la bienvenida a los asistentes agradeciendo, especialmente, la presencia de los centros educativos participantes. Tras estas primeras palabras, Nicanor Jorge Sen Vélez, delegado del Gobierno en Castilla y León, abrió la inauguración institucional con tres ideas sobre la importancia de los valores democráticos: «Convivir es un deporte que se entrena con escucha, empatía y respeto», «La democracia se practica, no es solo votar» y «democracia es también cómo conversamos, discrepamos y cuidamos lo común». A su lado, se sentaban Francisco Tomillo Guirao, patrono de la Fundación CIVES, y Victorino Mayoral Cortés, presidente de Fundación CIVES.


Mayoral Cortés quiso comenzar subrayando la importancia de dar voz al alumnado y al profesorado, los verdaderos protagonistas de la jornada, recordando que “la educación es la herramienta esencial para transmitir los valores que sostienen la democracia”. Durante su intervención, se proyectó un fragmento del clásico ‘Esta tierra es mía’ (1943), una metáfora poderosa sobre los derechos humanos y el papel de la educación frente a la intolerancia.

La mañana continuó con la conferencia “Una pedagogía de la memoria democrática”, impartida por José María Hernández Díaz, catedrático de Historia de la Educación, quien defendió la pedagogía de la memoria como una vía para formar una ciudadanía crítica. Esto implica también “salir del aula”, incorporando a la enseñanza espacios sociales, museos pedagógicos y movimientos cívicos. La memoria, insistió, “no se transmite solo con libros, sino con experiencias compartidas”.
Tras una emocionante actuación del coro del IES Condesa Eylo, comenzó un intenso intercambio de ideas entre profesores y alumnos del IES Vega del Prado, el IES Ramón y Cajal, el IES Galileo de Valladolid y la Facultad de Educación de Palencia (Universidad de Valladolid). Juntos y juntas reflexionaron sobre la diferencia entre educar en democracia o bajo una dictadura y los estudiantes recordaron que libertades de las que hoy disfrutan, como elegir estudios o profesión, eran impensables para las mujeres en la época franquista. El alumnado salió de la sesión con una reflexión poderosa: la democracia “no es un regalo, sino una lucha y un compromiso constante”.
En la mesa redonda final, llegó el turno de las organizaciones. Raúl Santa Eufemia (UGT Castilla y León) recordó que “la democracia no se hereda, sino que se construye día a día”. Luis Fernández Bayón (CCOO) alertó sobre el riesgo de los discursos polarizantes y defendió impulsar la memoria democrática en el currículo escolar. Julio del Olmo, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid, cerró con una receta simple y contundente: “Leer y aprender a pensar”.
La jornada concluyó con una emocionante entrega de diplomas al alumnado y un mensaje final de Victorino Mayoral: “Gracias a quienes lucharon y se sacrificaron —desde las Cortes de Cádiz hasta la II República y el fin de la dictadura— hoy disfrutamos de derechos y libertades que debemos cuidar y transmitir. Esa es la verdadera tarea de la memoria democrática”.
Entre aplausos y el compromiso de continuar con los diálogos y el trabajo por la memoria, Valladolid despidió una jornada que fue, más que un encuentro, una celebración de la democracia que se enseña, se defiende y se renueva cada día.










