Miles de personas anónimas de diferentes localidades españolas se han encontrado en los dos últimos años con mensajes como este en su buzón, redactados con caligrafía infantil. Tras el estupor inicial han recibido información acerca de su inclusión aleatoria en un programa europeo y la posibilidad de responder voluntariamente a las diversas reflexiones planteadas por alumnos y alumnas de diferentes etapas educativas. Bajo el principio del ‘mensaje en una botella’ se abría así la posibilidad de un diálogo entre desconocidos sobre temas sociales de actualidad.

Es el resultado final del proyecto europeo BEST (Build European Solidarity Today), co-financiado por el programa europeo Erasmus+ de la UE, que se ha desarrollado simultáneamente en España, Croacia, Italia, Francia, Polonia y Eslovenia durante los cursos escolares de 2021 y 2022, y que tiene como objetivo trabajar desde los centros educativos los valores de convivencia, respeto y fraternidad. Se trata de la cuarta edición internacional de un proyecto que nació en Francia hace más de 20 años de la mano de organización Ligue de l’Enseignement y que viene desarrollándose en España por la Fundación Cives desde el año 2017.

Trabajar el pensamiento crítico a través del arte

Una de las claves del éxito de este programa parte de la metodología para desarrollar pensamiento crítico entre el alumnado a través del análisis de fotografías. Para ello en el inicio del proyecto se seleccionaron diferentes obras de fotógrafos y fotógrafas de todos los países participantes que permitiesen reflexiones en torno a los conceptos de discriminación, desigualdad, salud mental, cambio climático, racismo e igualdad de género. https://www.fraternity-card.eu/es/postcards

Junto a las fotografías, el consorcio de organizaciones participantes, especializadas en educación, elaboraron una guía metodológica para el profesorado https://www.fraternity-card.eu/toolkit/2021_FraternityCard_Toolkit_ES.pdf con el fin de proponer herramientas y actividades pedagógicas para el análisis de las imágenes capaces de despertar emociones y reflexiones a través de poemas, redacciones, haikus, dibujos o cualquier tipo de expresión artística. El resultado del proceso debía plasmarse en las tarjetas postales con la imagen analizada y ser enviado a una persona al azar.

La dimensión transnacional

El proyecto ha contado en total con la participación de más 70.000 alumnos y alumnas de los seis países europeos, involucrando a más de 2.000 profesionales de la educación y generando en torno a 250.000 tarjetas postales que han recorrido el continente. Además, del envío de postales, el proyecto ha incluido 54 actividades comunitarias llevadas a cabo por el propio alumnado y 82 grupos de trabajo con estudiantes adultos. Las acciones han abarcado desde diálogos con personas presas en cárceles en diferentes países, hasta iniciativas con representantes políticos como en caso de Cádiz, en donde un grupo de alumnos y alumnas, tras analizar los problemas medioambientales del alrededor de su centro escolar, lograron convencer al Ayuntamiento para la peatonalización de la calle dónde éste está ubicado.

Esta cuarta edición del proyecto ha venido marcada, además, por los importantes acontecimientos internacionales que han golpeado al mundo, como la pandemia de la COVID-19 y la invasión rusa a Ucrania, que han tenido diferente impacto entre los países miembros del proyecto. Así, si el tema de la salud mental ha sido especialmente reforzado por la pandemia en todos los países, los estudiantes polacos han vivido de forma más intensa y trágica las consecuencias de la guerra, con la inclusión en sus centros de alumnado ucraniano necesitado de grandes dosis de fraternidad.

Una reivindicación conjunta por la Educación Cívica Global

Además de generar herramientas pedagógicas y recursos al servicio de la comunidad educativa, uno de los objetivos del proyecto es el de sensibilizar en clave nacional y europea a las diferentes instituciones sobre la necesidad de reforzar la educación cívica y democrática en todos los niveles educativos y en la educación no formal. Según el presidente de la Fundación Cives, Victorino Mayoral “nos encontramos en un contexto de creciente incertidumbre en el que el auge de derivas antidemocráticas y de carácter autoritario amenazan con la ruptura de consensos sociales y de la convivencia pacífica. Es por lo tanto una labor primordial de todas las instituciones garantizar un refuerzo de los valores democráticos y de tolerancia especialmente a través de la educación”.

Por ello, uno de los productos finales del proyecto ha consistido en la elaboración de un White Paper presentado a la Comisión Europea incluyendo las aportaciones de las seis organizaciones participantes que incluye recomendaciones sobre la implementación de la Educación Cívica y Democrática especialmente en el marco del Espacio Europeo de Educación 2025.

Puedes leer más sobre el proyecto en la siguiente noticia publicada en El Diario de la Educación:

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