En un momento en el que las «malas prácticas», estrategias y políticas de exclusión, xenofobia y racismos están destruyendo y esquilmando espacios públicos de convivencia, bueno será que quienes realizamos el esfuerzo de poner en marcha «buenas prácticas», estrategias y políticas de inclusión de migrantes, hagamos lo posible, no solamente para su éxito sino también para su máximo conocimiento.

Es preciso no caer en las falsas noticias, mentiras y manipulaciones, hoy día tan abundantes sobre la capacidad de los extranjeros inmigrantes para difundir los males entre las teóricamente estables y bien ordenadas sociedades que les acogen. Porque no se deben olvidar cuales son los factores reales que determinan el desorden social de fondo que produce la metástasis que altera el tejido de la democracia en algunos países. Por tanto, la respuesta debe estar en la definición democrática por parte de los poderes públicos de políticas inclusivas, basadas en la construcción de una ciudadanía compartida, especialmente como hemos dicho antes, de una Ciudadanía Social, dotada de aquellos servicios públicos que permitan su disfrute por todos. Todo ello debe quedar reflejado en la próxima «Estrategia integral contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia (2020- 2025)», que en estos momentos se prepara en la Dirección General de Integración de la Secretaria de Estado de Inmigración. Os dejamos las reflexiones que surgieron durante esta mesa de debate.